En Día a día, la autora relata el proceso de recuperación psicológica y profesional de Eva, una joven mujer y madre que ha sufrido malos tratos y abusos en su matrimonio. Su vida da un giro cuando se reencuentra con Adur, un antiguo vecino de la infancia, justo antes del confinamiento por el covid. Eva transmite esperanza y deseos de retomar las riendas de su vida, sentimientos que preocupan especialmente a Nicoleta Talpa: «Sé buen observador de tus pensamientos, párate y observa como si tuvieras delante un río y vieras deslizarse el agua».