Florilegio es un racimo de flores en versos de muchos colores escritos durante varios años. A través de cada flor se representa una parte de la vida, su entorno y los sentimientos más profundos, fácilmente identificables por cada persona que se adentra entre los pétalos para hacerlos suyos. La primera parte, «Florilegio de mí», transmite las vivencias más íntimas y existenciales del autor en la exploración del interior; en «Florilegio de amores y desamores» se revela en pocas palabras la experiencia de enamorarse y la transfiguración del sentirse parte de alguien; «Florilegio de aquí» nos trasporta a tierras mayas y nos describe la primavera guatemalteca, entorno del nacimiento y de la primera parte de la vida del autor. Por último, en «Florilegio de allá» se expone la sensación del desarraigo del país natal y las impresiones de quien visita España por primera vez. En resumidas cuentas, Florilegio es un vaivén de emociones que dejará a quien se adentre en ese jardín una semilla de ilusión para experimentar la vida con intensidad.