1972. La tensión entre EEUU y la URSS continúa en todo su vigor. En un escenario de guerra fría entre las dos superpotencias, un ruso y un estadounidense dirimen ante un tablero de ajedrez la supremacía intelectual de dos visiones del mundo completamente antagónicas a través de veinticuatro tensas y dramáticas partidas. Paradójicamente es igualmente la lucha de dos genios del ajedrez por liberarse de unos significados impuestos por las élites gobernantes, unas élites que ignoran cosas más importantes como la compasión, la honestidad, y una espiritualidad que trasciende las limitaciones que toda sociedad coercitiva y totalitaria impone sobre los seres humanos. Y todo ello teniendo al ajedrez, el juego-ciencia, como telón de fondo.